Una
de las formas más controvertidas de relación entre dos personas es la de ser
“amigovios”; es decir, amigos que ocasionalmente y sin compromisos tienen
encuentros sexuales.
No son,
ni quieren ser novios. No son solo amigos ni quieren serlo. Han encontrado que
pueden ayudarse, apoyarse, relajarse, descansar, acompañarse, disfrutar, viajar
y, además, hacer el amor sin que ello implique un sentimiento o un compromiso
de exclusividad. Esto último es realmente lo que causa la inquietud: ¿hacer el
amor, ocasionalmente, con alguien a quien no se le promete o se le ofrece algo
a cambio?; ¿solo sexo sin contraprestación o compromiso? Sí, es disfrutar el
momento y nada más.
Para el
común de la gente la vida sexual debe estar relacionada con el sentimiento a
menos que haya prostitución de por medio. No les es fácil comprender cómo dos
personas pueden hacer el amor para no sentirse solos transitoriamente, para
pasar una velada sintiendo el calor de alguien al lado, para desahogar el deseo
sexual con alguien a quien se quiere pero no se ama, con alguien con quien es
agradable hablar o callar.
¿Cuál
debe ser el límite? ¿Estaría bien si estos amigos solamente
llegaran tal vez
hasta darse solo un beso, o apenas un abrazo? ¿Qué es lo que hace que hacer el
amor sea un problema?
En primer
lugar, la organización social con la que se ha pretendido defender el núcleo
familiar completo como protector y endoculturizador de los niños para que crezcan
bajo cuidado, afecto y modelamiento. Es un hecho que el sexo casual (recordemos
que sin compromisos o promesas) aumenta la probabilidad de hijos de madres o
padres solteros; pero juzgar a partir de esta premisa significa quedarse en el
vínculo entre la reproducción y el sexo, y dejar a un lado esa concepción de
comunicación especial, de expresión de afecto, de sensación de acompañamiento y
muchas más cosas que el sexo sin reproducción representa para el ser humano
actualmente. Entonces, con esta hipótesis lo que se dice es que hay razones de
ordenamiento social por las que no debe haber sexo sin sentimiento y sin
compromiso y por ende los amigovios rompen la regla.
En
segundo lugar, para ciertas personas que aceptan el sexo sin vínculo con la
reproducción, aún se mantiene la inquietud sobre el sexo sin sentimientos por
el riesgo que corren individualmente ambos miembros de la pareja respecto de
enamorarse o vincularse sin que el otro lo haga y la relación termine en
frustración y disgustos.
A mi
juicio, existen ciertas parejas de amigovios (tal vez no todas) que saben
manejarlo, que lo disfrutan, que lo hacen con la plena convicción de que los
riesgos de frustración y desengaño son los mismos que en una relación
sentimental convencional, que lo necesitan para pasar su día a día mientras
aparece una pareja estable y que, cuando ello sucede para uno de los dos, el
otro lo acepta y la vida continúa para cada uno por su lado incluso siendo
amigos convencionales a partir de ese momento.
Así, en
tercer lugar y dentro de las parejas de amigovios que, a mi juicio, no saben o
no deben manejarlo de esa manera están aquellas formadas por al menos uno de
ellos participando en varias relaciones similares simultáneamente por cuanto
hay promiscuidad y la concepción de la pareja, no como un(a) amigo(a) sino como
puro objeto sexual quien en ese caso sí tiene una mayor probabilidad de pagar
un costo muy alto por su experiencia.
La
soledad, mucho peor que todas las emociones, es muy mala consejera y nos hace
pensar y actuar de una manera facilista e inadecuada para obtener alivio en las
situaciones más difíciles. No juzgo una relación de amigovios pero sugiero
que los involucrados estén muy seguros de lo que están haciendo y de lo que
ello puede implicar para cada uno.
¿Alguna vez han disfrutado o sufrido una relación
de “amigos con derecho”? ;)
*Fuente:
Sexualidad Inteligente
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