Cuando una
persona, hombre o mujer, está permanentemente con una expresión facial rígida y
es negativa y malhumorada, es un lugar común caer en esto de “seguro hace años
que no tiene sexo, o si lo practica entonces será pésimo”. Ligar a la
insatisfacción sexual o a la ausencia de relaciones sexuales con el mal humor o
un carácter poco amigable es algo generalizado y que se toma como una realidad
incuestionable. ¿Pero es tan cierto?
Veamos.
Definitivamente hay una relación directa entre
el buen humor y tener una
sexualidad frecuente, plena y con buenos orgasmos. El orgasmo como tal se
caracteriza por la liberación de varios componentes químicos, especialmente las
endorfinas, que tienen un efecto anímico benéfico. El propio placer sexual, la
cercanía afectiva con la pareja, el sentir que tenemos capacidad para disfrutar
y producir el disfrute en alguien que queremos y deseamos, sin dudas que son
factores que alimentan la autoestima. Entonces cuando tenemos una vida sexual
con esas características, no hay garantía de buen humor pero sí muchas más
probabilidades de conseguirlo.
Las personas con una
mirada positiva, que tienden a reírse incluso hasta de sus defectos o de sus
problemas, tienden a disfrutar más del sexo, a ser más creativas y a minimizar
aquellas situaciones que en otros casos podrían afectar seriamente a la
respuesta sexual. Por ejemplo si un hombre pasa por un episodio de pérdida de
la erección y toma ese hecho de manera humorística, no va a sentirse traumado y
por lo tanto la próxima vez que intente una relación sexual se sentirá relajado
y sin la presión de que eso no debe ocurrirle de nuevo.
Los problemas y
disfunciones sexuales no son las únicas situaciones que producen mal humor o
estado de ánimo depresivo pero en el consultorio sexológico vemos como existe
la predisposición al mal humor, al pesimismo y la negatividad en pacientes que
sufren debajo de las sábanas.
*Fuente: Discovery Mujer
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