Generalmente las relaciones de pareja no se van a pique por un hecho puntual y
explosivo, se acaban poco a poco como si fueran resbalando por una pendiente de
reproche, sospechas y actitudes defensivas o de aislamiento hasta que
llegan a un punto desde donde es difícil volver atrás.
Sin embargo, en mi experiencia de 25 años como terapeuta de
parejas, he podido detectar señales tempranas, que aparecen cuando la relación
de pareja está en riesgo.
Las señales que
aparecen con más frecuencia son las siguientes:
1. Agendas diferentes. Ambos reconocen, que desde hace tiempo, cada cual
lleva su propio calendario de actividades. Sin que la pareja lo note, y aunque
parezca casual, los programas de ambos comienzan a tornarse incompatibles. Suelen
dar más importancia al trabajo, los hijos, (si los hay), los parientes, los
amigos, las actividades personales. El tiempo compartido, el estar
juntos, solos en casa, el salir juntos solos, no figura en la agenda de
cada uno.
2. No respetar el tiempo del otro. Sucede cuando no se toma en cuenta al otro. Si al
comienzo de la relación, alguno de los dos llega tarde a cenar, el otro lo
tolera. Pero si con el tiempo el señor se acostumbra a llegar tarde sin avisar,
si se demora, mientras la comida se enfría, los chicos lloran, ella concluirá
que él es un egoísta, que solo piensa en sí mismo, o sospechará que alguien más
importante que ella y los niños, lo retiene.
3. Ausencia de caricias. Al principio de la relación,
los dos se tocan, se
besan y miman mucho. En algunas parejas con el tiempo esto va desapareciendo, ya
no se ríen de cosas que solo ellos dos saben, no se piropean, no hay seducción,
no se sorprenden uno al otro, solo se hacen regalos para los cumpleaños o
aniversarios.
4. Falta de comunicación. En una reciente entrevista con una pareja, la
mujer no me supo decir cuál era el mejor compañero de trabajo de su marido, ni
él cual eran las preocupaciones actuales de ella.
5. Rencor reprimido. A él, le gusta ver televisión mientras cenan. Ella
pide dialogar. A pesar de que ella se lo ha pedido infinidad de veces, y ha
fundamentado su pedido, diciéndole que ella quisiera contarle sus anécdotas
cotidianas, y saber cómo él pasó su día, el no cambia su actitud. Con el
tiempo, el no cede, ella ya no protesta.
Si estas, y otras cuestiones cotidianas, no son escuchadas y negociadas, se instala el rencor, y al tiempo, esta situación podrá desembocar en un estallido, o en un abandono.
Si estas, y otras cuestiones cotidianas, no son escuchadas y negociadas, se instala el rencor, y al tiempo, esta situación podrá desembocar en un estallido, o en un abandono.
*Fuente: Sexóloga Celia
Muy ciertas, sobre todo lo de las agendas, incluso en el noviazgo, de pronto cada quien tiene sus actividades y no queda mucho tiempo para hacer cosas en pareja.
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