De los 34 millones de personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en el mundo y necesitan acceso a la terapia antirretrovírica (ARV), solo ocho millones cuentan con el tratamiento que les permite vivir de manera productiva e independientemente, según el reporte más reciente de ONUSIDA.
Esta terapia forma parte de una estrategia global liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ha reducido la mortalidad y el riesgo de transmisión durante la última década.
El tratamiento antirretroviral consiste en
Esta terapia forma parte de una estrategia global liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ha reducido la mortalidad y el riesgo de transmisión durante la última década.
El tratamiento antirretroviral consiste en
la combinación de dos o tres fármacos que reducen la cantidad del VIH en la sangre e impiden que el virus ataque al sistema inmunitario, lo cual abriría la puerta del organismo a enfermedades oportunistas como la tuberculosis. El medicamento no solamente detiene el progreso de la enfermedad, sino que también ayuda a prevenir la transmisión del virus, según la OMS.
América Latina experimenta un "progreso lento, pero positivo" en materia de lucha contra el sida, indicó el director de la oficina de ONUSIDA para América Latina, César Núñez. Hay menos casos nuevos de transmisión de VIH y menos muertes.
Una de cada 10 personas que viven con el VIH en América Latina está en México, según informa la International HIV/Aids Alliance. De ellos, el 82% son hombres y hay una prevalencia nacional de 17% en hombres que practican sexo con hombres (HSH), según el Informe nacional de avance en la lucha contra el sida, del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/SIDA en México (Censida), en conjunto con ONUSIDA.
Destaca “el incremento en el número de personas con acceso al tratamiento, que en México supera el 85%, según recoge Censida”, dice Jorge Enrique Celaya, coordinador de ONUSIDA para Guatemala y México.
Entre los retos de la respuesta al VIH en este país están lograr la universalización de la prueba de detección del VIH y sífilis en mujeres embarazadas en todas las instituciones públicas de salud. El porcentaje de mujeres embarazadas que tienen acceso a estas pruebas no está disponible, y sólo el 43% de las embarazadas que viven con VIH reciben medicamentos antirretrovirales para reducir el riesgo de la transmisión materno-infantil, según el informe de la SSA.
América Latina experimenta un "progreso lento, pero positivo" en materia de lucha contra el sida, indicó el director de la oficina de ONUSIDA para América Latina, César Núñez. Hay menos casos nuevos de transmisión de VIH y menos muertes.
Una de cada 10 personas que viven con el VIH en América Latina está en México, según informa la International HIV/Aids Alliance. De ellos, el 82% son hombres y hay una prevalencia nacional de 17% en hombres que practican sexo con hombres (HSH), según el Informe nacional de avance en la lucha contra el sida, del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/SIDA en México (Censida), en conjunto con ONUSIDA.
Destaca “el incremento en el número de personas con acceso al tratamiento, que en México supera el 85%, según recoge Censida”, dice Jorge Enrique Celaya, coordinador de ONUSIDA para Guatemala y México.
Entre los retos de la respuesta al VIH en este país están lograr la universalización de la prueba de detección del VIH y sífilis en mujeres embarazadas en todas las instituciones públicas de salud. El porcentaje de mujeres embarazadas que tienen acceso a estas pruebas no está disponible, y sólo el 43% de las embarazadas que viven con VIH reciben medicamentos antirretrovirales para reducir el riesgo de la transmisión materno-infantil, según el informe de la SSA.
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