La posición
del novato es la de un inexperto que debe aprender muy rápido. La de los chicos
seguros de sí mismos y optimistas que éramos.
El novato
coloca delicadamente a la mujer en la cama. La levanta con sus manos por las
caderas mientras que ella apoya su cabeza y sus hombros sobre la almohada. Los
dedos de sus pies apenas alcanzan la cama. El hombre se pone de
rodillas,
acercando firmemente la vagina a su sexo. Es el único que decide en el vaivén,
porque la mujer, en esta posición, no tiene amplitud de movimientos. En esta
postura dominante, el hombre puede contemplar a su pareja, pero se encuentra
también limitado: sus brazos están bloqueados y la penetración resulta difícil.
Esta
postura es perfecta para lograr una rápida excitación, pero es extenuante. El
hombre no puede aguantar más que unos minutos y la mujer puede sufrir
rápidamente dolores musculares por la incomodidad. El hombre puede entonces
cambiar de postura arrodillándose y dejar así a la mujer más a gusto. “El
novato” es una posición de transición perfecta, entre la de un hombre dominante
y la de una mujer que lleva el control. ¡Hay que respetar la igualdad!
*Fuente: Doctissimo
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