La mayoría de las mujeres experimentan pérdida
del deseo sexual durante la gestación. La frecuencia del coito disminuye
durante el primero y el segundo trimestres del embarazo.
Mayor descenso en el último trimestre (7º, 8º
y 9º mes), esto debido a la variación de niveles hormonales, a medida que
avanza el embarazo la frecuencia y la intensidad del orgasmo (simple y
múltiple) declinaron, estos datos son válidos para la estimulación coital,
manual, o bucal.
No obstante en ciertos periodos algunas
mujeres presentan aumento del deseo sexual,
esto puede deberse a factores fisiológicos y psicológicos.
Al salir del hospital y tras haber tenido un parto,
una mujer llega a casa, sintiendo el agotamiento de nueve meses de espera, y se
encuentra con que su cuerpo, sus deseos, sus pensamientos y su rutina han
cambiado radicalmente.
Hacia la sexta semana, aunque se siente acoplada en
su rol de madre y tiene un mejor
estado físico, no logra iniciar
satisfactoriamente su vida sexual.
Esta es una queja frecuente de muchas mujeres
después de finalizar su periodo de abstinencia.
El deseo sexual que disminuye debido al nuevo estado emocional
de la madre y el componente hormonal se restablece de manera progresiva cuando
comienzan los ciclos menstruales.
Debido a los cambios hormonales disminuye la
lubricación vaginal, lo cual haría las relaciones sexuales más difíciles y
dolorosas.
La lactancia, puede también demorar un poco más
este proceso.
El
cansancio, las noches sin dormir y el cuidado del recién nacido entre otros
factores tornan difícil la cabida del sexo en la nueva vida, la tradición
señala que deben pasar 40 días para que se retome la vida sexual, pero eso
dependerá también de la recuperación y del estado de ánimo de la mujer.
Después
del parto viene el temor de ser lastimada y que se abran los puntos de la
episiotomía, incisión quirúrgica en la zona del perineo o de la cesárea, si la hubo,
incluso si ya hay cicatrización ese miedo puede repercutir en vaginismo, que es la contracción de
los músculos de la vagina.
Un lubricante puede
resultar muy útil si la región perineal se encuentra sensible también sirve
para compensar la sequedad vaginal que muchas mujeres experimentan en esta
etapa.
El
cuerpo presenta cambios en peso, silueta, aparecen estrías y eso puede impedir
que se quieran tener relaciones por pena o autoestima.
Entender que no es
necesario completar el acto sexual la primera vez que la mujer se sienta sensual o excitada, puede ser más fácil
que comiencen por acariciarse y de forma gradual se retome nuevamente al
contacto sexual con la pareja, pueden empezar con
acercamientos, caricias, masajes y poco a poco ir sintiendo y dando pasos para,
finalmente, reiniciar una vida sexual plena y completa.
En el momento de mantener
relaciones sexuales, elegir una posición que no exija demasiada presión sobre
la zona sensible.
Respecto al tiempo de abstinencia, deberá
platicarse y decidirse conjuntamente, de tal manera que cuando se reinicie la
vida sexual sea placentera y agradable para ambos.
Restablecer las relaciones sexuales después de dar
a luz es una tarea compartida en pareja. La creatividad, la paciencia y la
seducción son las herramientas para despertar el deseo sexual de ella.
Es importante seguir la indicación del médico y la
información que aporte el especialista en sexualidad que en conjunto propicien
una sexualidad gozosa y libre en todas las condiciones y etapas de nuestra
vida.
Lic. Miriam Urzua Cazares
Psicólogía Clínica
Especialidad en sexología educativa
Maestría en sexología clínica
Lic. Oscar Chávez Cerecedo
Psicólogía educativa
Especialidad en sexología educativa
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Tel. 01 313 32 4 47 10
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