-Por Elsy Reyes
Todavía recuerdo cuando de niña, vi por
primera vez a través de la ventana del nuevo aparatejo de la cocina de mi
madre, cómo explotaban los granos de maíz dentro de un paquete plano que
prometía convertirse en una bolsa de palomitas. Comprobé que hay cosas que sí
pueden estar listas en segundos. Fui parte de las primeras generaciones de
microondas, mismas que nos hemos acostumbrado a obtener resultados inmediatos y
aparentemente positivos, quizás hasta perdiendo la capacidad de disfrutar el
proceso de cada cosa. Y como siempre, nos llevamos esa costumbre a las
relaciones. Entonces, casi de primera vista, quisiéramos poder leer la mente y
los antecedentes del tipo o tipa en cuestión para asegurarnos que aquello
resultará en lo que esperamos. ¿Qué es lo que busca? ¿Habrá sido una pareja
fraudulenta? ¿Terminaremos en boda? Adoraríamos un servicio en Internet que nos
brindara el perfil emocional y psicológico de nuestra cita, con todo y sus gustos
sexuales. Nos cuesta confiar, tal vez en herencia de todas esas historias de
desamor escuchadas, las propias experiencias y el hembrismo/machismo. El hecho
es que necesitamos que funcione y pronto. La búsqueda de inmediatez y
efectividad en la que actualmente estamos inmersos, nos está llevando a la
absoluta desesperanza porque requerimos de
una reacción, resolución de
conflictos y hasta sensaciones placenteras, que no tengan que ser producto
del uso de nuestras facultades humanas como la tolerancia, el desapego y el
trabajo personal que nos lleva al crecimiento; el ESFUERZO.
Ahora, en pareja, esa postura nos ha vuelto
desconfiados porque nos aterra el fracaso, esa es otra necesidad generalizada:
triunfar; sin darnos cuenta que esos mismos miedos provocan que la relación se
merme. Y como ya no tenemos la ecuanimidad de vivir el paso a paso, presionamos
y echamos todo a perder. Nos ponemos a la defensiva antes de saber si seremos
atacados, ‘Antes de que me lastime, lo lastimo’; como si todo fuera un juego
contra reloj.
Todo lo traducimos a inversión de tiempo,
amor, dinero y hasta llantos. Pero además, ahora ya no queremos invertir tanto
aunque sí deseamos prestas resoluciones, y buenas. El punto es que nos estamos
dejando afectar por la manada y recurrimos a la diligencia en la búsqueda de la
relación perfecta. ¿Será la razón de tantos fracasos de pareja? ¿A qué se debe
la prisa?
El mundo nos pide que nos movamos aprisa,
nadie lo niega. Pero ¿alguna vez han tenido esa sensación de gritar ‘¡Paren el
mundo, que me quiero bajar!’? No sabemos vivir a nuestro ritmo, al ritmo de
nuestras emociones. Ni darle su espacio y tiempo a cada persona y actividad en
nuestra vida. Las relaciones de pareja específicamente requieren de eso, de
dejarlas respirar y acomodarse. De esfuerzo común y eso no se puede cocer en el
microondas, no toma 30 segundos para estar ‘caliente’.
La prisa surge cuando nos atragantamos de
miedo a quedarnos solos. Y salimos a buscar un resultado a como dé lugar,
aunque tengamos que rescatar a un hombre, reconstruirlo y reconstruirnos para
él. Seguimos con el patrón de que una mujer exitosa es aquella que consiguió un
marido y un tipo con futuro es el que trae vieja. Aún no nos deshacemos del
estigma. Y ese es el motor que lleva a muchos a querer relaciones concluyentes
a partir de la nada. ¿Cuánto tiempo crees que necesitas para conocer a una
persona y poder decidir si funcionarán, antes de hacer compromisos? Es lo que
tienes que preguntarte. No hay una regla, pero la ‘media’ humana es de al menos
un año de convivencia continua. Es el tiempo en que los ‘velos’ del
enamoramiento idílico comienzan a dejarnos ver a la verdadera persona y darnos
el momento de determinar si queremos o no estar allí. Ir más rápido es actuar
hasta conformistamente, porque no te das el tiempo de analizar lo que mereces.
Piensen en la
analogía con la comida y el horno de microondas. Muchos alimentos pierden sus
nutrientes, cambian su sabor y hasta se vuelven incomibles cuando no conformes
con el poder del aparato, los sobre cocinamos y aumentamos la potencia. Lo
mismo pasa con las relaciones. Quizás obtengan resultados rápidos pero eso no
quiere decir que la relación te nutrirá. El anglicismo ‘microwave
relatioships’, se refiere a relaciones que comienzan bien pero terminan rápido.
¿Eso es lo que esperan?
*Fuente: Elsy Reyes
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