5 de febrero de 2014

Lo mínimo que un hombre debe saber sobre el cuerpo femenino: Parte 1


Clítoris, el órgano por antonomasia:
Ignorarlo es un delito sexual. Podemos casi equipararlo con una relación en la que nos dedicamos a estimular tus testículos pero no te tocamos el pene. ¿Quién fue el truhán que les dijo que podemos llegar al clímax sólo con ser penetradas? ¿Sabes lo difícil que es tener un orgasmo con sólo el ‘entra y sale’?. De hecho el 70 % de las mujeres a nivel mundial necesitan estimulación clitorial para lograrlo de acuerdo a estudios de La Asociación Mundial de sexología, aclaro. Muchas mujeres traducen que un hombre realmente está interesado en hacerte gozar cuando se dirige hacia tu clítoris antes de ‘encalvar’. Pero sobre todo cuando sus toques son suaves y cadenciosos. Si el mood del encuentro es lanzarse al coito, no hay problema, pero terminado éste agradecemos unas buenas caricias o un cunnilingus.

Lo que debes saber
Es un órgano eréctil. Al excitarnos se llena de sangre y duplica su tamaño. Lo que ves sólo es la quinta parte: el capuchón y el glande. Adentro se extiende por encima de los conductos uretrales y termina en el punto G; el cual puedes tocar desde nuestra vagina. Tiene el doble de terminales nerviosas que tu pene. Sólo y sólo él es el responsable de nuestros orgasmos, mismos que provocan contracciones y espasmos que se expanden y crean vibraciones vaginales. Se localiza arriba del orificio uretral. Sí, por donde hacemos pipí.

Técnica
El Sr. Clit tiene que ser tu amigo. Lubrícalo, no sólo será un súper aliado sino que te da la seguridad de que  no se degradará el condón.  No hacerlo es ponerlo a trabajar en seco, sus miles de nervios se aturden y el orgasmo tarda más en llegar, o se va. Comienza con lentitud y ve subiendo la frecuencia. En un cunnilingus no abuses de la saliva. Sólo moja, masajea, succiona un poco y mantén el ritmo.  No lo cambies, mucho menos si estamos a punto o tendrás que volver a empezar. El glande es extra sensible (lo puedes observar si levantas el capuchón), sondea qué tanto soporta ella el roce, puede haber dolor o sensación quemante. Cuando te penetran y a la vez te tocan el clítoris se produce un orgasmo letal, es el paquete completo. Sólo pedimos un poco de paciencia, puede tardar pero prueba y escúchanos gemir.

Zona G y su secreto: el squirting
El clítoris es un órgano cundido de terminales nerviosas, entre 8000 y 10,000 cuya mayor parte se encuentra en el interior. Lo que observamos cuando una mujer abre sus labios mayores es apenas la quinta parte, el capuchón y el glande recubierto por este. Por dentro cuenta cuerpos cavernosos que se extienden hasta los labios menores y un cuerpo o tallo que se extiende por la zona superior del útero, como si estuviera recostado en la zona superior de éste. Esa unión, en algún momento se le llamó Punto G. Cuando Gräfenberg lo bautizó de este modo, poco se sabía sobre eyaculación femenina, realmente hoy se reconoce como una zona, en la pared anterior de la vagina o sea la que está hacia la cara del ombligo y a cuya estimulación se le atañe la eyaculación femenina. Otros autores denominan próstata femenina a las gládulas de Skene, mismas que al presionarse producen dicha expulsión por la uretra, EL SQUIRTING, y precisamente recubren al órgano. Otros, afirman que no es lo mismo Zona G que próstata femenina pero que sí forman parte de la misma estructura.
El error más común es buscarlo demasiado adentro. Lo más fácil es ponerse de frente e introducir por la vagina el dedo medio con la palma de la mano hacia ti. Dóblalo como si dijeras ‘ven’ y busca una bolita plana con textura más plegada que el resto. Tienes que sentir la dureza del hueso pélvico detrás de él, es como la pared donde está ‘pegado’. Presiónalo poco a poco en circulitos.
La posición ‘de perrito’ es ideal pero no hay como excitarlo manualmente. Aquel que sabe en segundos donde está el punto G es digno de aplausos. Hay que poner mucho lubricante en los dedos.

Lo que debes saber
Es llamado la próstata femenina ya que nos permite eyacular a través de la uretra (y no es orina, comprobado químicamente). Es del tamaño de un chícharo, rugoso. Se hincha y es más palpable cuando su parte externa o clítoris se erecta. Está recubierto por las glándulas de Skene, mismas que producen el líquido eyaculatorio.

Técnica
La mayoría de las mujeres lo tiene entumido por falta de estimulación directa. El pene pocas veces es capaz de tocarlo durante el coito. Procura ‘despertarlo’ en cada encuentro. Cuando Mr. G llega a su tope de tamaño impacta las glándulas de Skene, éstas se vacían hacia los conductos uretrales y surge el chorro o squirt. El secreto está en masajearlo hasta que la sensación orgásmica sea inminente. Entonces levanta su pelvis y pídele que presione las nalgas pujando.

Vagina
Toda vagina es una diosa. Aunque ahora sabes que por sí sola no es una fábrica del éxtasis, ten por seguro que ese incólume momento en que vas entrando es la gloria. Cuando tu pene muellea en su interior, sus nervios se activan. Suele haber un problema, no checamos que la entrada de la vagina esté bien lubricada. Entonces, aunque por dentro ya esté húmeda y lista, dolerá a la entrada del pene. Puede confundirse con dolor coital. Incluso al otro día puedes hasta sentir la rozadura. Deben saber que los labios no están mojados siempre, hay que continuar el escarceo hasta que haya suficiente líquido.

Lo que debes saber
Es elástica, mide entre ocho a 11 centímetros pero aguanta cualquier tamaño de miembro y el cráneo de un bebé. Tu pene no avanza más allá del cérvix o cuello que la comunica con el útero (donde se da la gestación). Su vestíbulo está cubierto por el himen. Éste puede ser elástico y retirarse hasta el parto natural, o rígido y rasgarse en la primera relación y sangrar (así que deja de creer en la prueba de la ‘sangre’ como sello de garantía). Tiene orificios por donde pasa el flujo vaginal, producido por las glándulas cervicales y la menstruación. Las glándulas de Bartolini secretan los líquidos lubricantes cuando nos excitamos. Se sitúan a cada lado de los labios menores.

Técnica
Si ella comienza a poner ojo lloroso, lo que indica que le está doliendo, es probable que su suelo pélvico esté muy tenso. Relájala con caricias y estímulos externos y pídele que presione sus músculos pubococcígeos -que simule como si apretara para aguantar la orina- unas 10 cuentas. Mete poco a poco un par de dedos (lubricados) con la palma hacia abajo y pídele que los oprima con su vagina al tiempo que presionas hacia el perineo. Estará lista para el round. Si quieres un poco más de humedad, acaricia los labios menores en su unión con el orificio vaginal, estimularás las glándulas de Bartolini.

*Fuente: Elsy Reyes

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