Clítoris,
el órgano por antonomasia:
Ignorarlo es un delito sexual. Podemos
casi equipararlo con una relación en la que nos dedicamos a estimular tus
testículos pero no te tocamos el pene. ¿Quién fue el truhán que les dijo que
podemos llegar al clímax sólo con ser penetradas? ¿Sabes lo difícil que es
tener un orgasmo con sólo el ‘entra y sale’?. De hecho el 70 % de las mujeres a
nivel mundial necesitan estimulación clitorial para lograrlo de acuerdo a
estudios de La Asociación Mundial de sexología, aclaro. Muchas mujeres traducen
que un hombre realmente está interesado en hacerte gozar cuando se dirige hacia
tu clítoris antes de ‘encalvar’. Pero sobre todo cuando sus toques son suaves y
cadenciosos. Si el mood del encuentro es lanzarse al coito, no hay problema,
pero terminado éste agradecemos unas buenas caricias o un cunnilingus.
Lo que debes saber
Es un órgano eréctil. Al excitarnos se llena de sangre y duplica su tamaño. Lo
que ves sólo es la quinta parte: el capuchón y el glande. Adentro se extiende
por encima de los conductos uretrales y termina en el punto G; el cual puedes
tocar desde nuestra vagina. Tiene el doble de terminales nerviosas que tu pene.
Sólo y sólo él es el responsable de nuestros orgasmos, mismos que provocan
contracciones y espasmos que se expanden y crean vibraciones vaginales. Se
localiza arriba del orificio uretral. Sí, por donde hacemos pipí.
Técnica
El Sr. Clit tiene que ser tu amigo.
Lubrícalo, no sólo será un súper aliado sino que te da la seguridad de que
no se degradará el condón. No hacerlo es ponerlo a trabajar en
seco, sus miles de nervios se aturden y el orgasmo tarda más en llegar, o se
va. Comienza con lentitud y ve subiendo la frecuencia. En un cunnilingus no
abuses de la saliva. Sólo moja, masajea, succiona un poco y mantén el ritmo.
No lo cambies, mucho menos si estamos a punto o tendrás que volver a
empezar. El glande es extra sensible (lo puedes observar si levantas el
capuchón), sondea qué tanto soporta ella el roce, puede haber dolor o sensación
quemante. Cuando te penetran y a la vez te tocan el clítoris se produce un
orgasmo letal, es el paquete completo. Sólo pedimos un poco de paciencia, puede
tardar pero prueba y escúchanos gemir.
Zona
G y su secreto: el squirting
El clítoris es un órgano cundido de terminales
nerviosas, entre 8000 y 10,000 cuya mayor parte se encuentra en el interior. Lo
que observamos cuando una mujer abre sus labios mayores es apenas la quinta
parte, el capuchón y el glande recubierto por este. Por dentro cuenta cuerpos
cavernosos que se extienden hasta los labios menores y un cuerpo o tallo que se
extiende por la zona superior del útero, como si estuviera recostado en la zona
superior de éste. Esa unión, en algún momento se le llamó Punto G. Cuando
Gräfenberg lo bautizó de este modo, poco se sabía sobre eyaculación femenina,
realmente hoy se reconoce como una zona, en la pared anterior de la vagina o
sea la que está hacia la cara del ombligo y a cuya estimulación se le atañe la
eyaculación femenina. Otros autores denominan próstata femenina a las gládulas
de Skene, mismas que al presionarse producen dicha expulsión por la uretra, EL SQUIRTING, y precisamente recubren al órgano. Otros,
afirman que no es lo mismo Zona G que próstata femenina pero que sí forman
parte de la misma estructura.
El error más común es buscarlo
demasiado adentro. Lo más fácil es ponerse de frente e introducir por la vagina
el dedo medio con la palma de la mano hacia ti. Dóblalo como si dijeras ‘ven’ y
busca una bolita plana con textura más plegada que el resto. Tienes que sentir
la dureza del hueso pélvico detrás de él, es como la pared donde está ‘pegado’.
Presiónalo poco a poco en circulitos.
La posición ‘de perrito’ es ideal pero
no hay como excitarlo manualmente. Aquel que sabe en segundos donde está el
punto G es digno de aplausos. Hay que poner mucho lubricante en los dedos.
Lo que debes saber
Es llamado la próstata femenina ya que nos permite eyacular a través de la
uretra (y no es orina, comprobado químicamente). Es del tamaño de un chícharo,
rugoso. Se hincha y es más palpable cuando su parte externa o clítoris se
erecta. Está recubierto por las glándulas de Skene, mismas que producen el
líquido eyaculatorio.
Técnica
La mayoría de las mujeres lo tiene entumido por falta de estimulación directa.
El pene pocas veces es capaz de tocarlo durante el coito. Procura ‘despertarlo’
en cada encuentro. Cuando Mr. G llega a su tope de tamaño impacta las glándulas
de Skene, éstas se vacían hacia los conductos uretrales y surge el chorro o
squirt. El secreto está en masajearlo hasta que la sensación orgásmica sea
inminente. Entonces levanta su pelvis y pídele que presione las nalgas pujando.
Vagina
Toda vagina es una diosa. Aunque ahora sabes que por sí sola no es una fábrica
del éxtasis, ten por seguro que ese incólume momento en que vas entrando es la
gloria. Cuando tu pene muellea en su interior, sus nervios se activan. Suele
haber un problema, no checamos que la entrada de la vagina esté bien lubricada.
Entonces, aunque por dentro ya esté húmeda y lista, dolerá a la entrada del
pene. Puede confundirse con dolor coital. Incluso al otro día puedes hasta
sentir la rozadura. Deben saber que los labios no están mojados siempre, hay
que continuar el escarceo hasta que haya suficiente líquido.
Lo que debes saber
Es elástica, mide entre ocho a 11 centímetros pero aguanta cualquier tamaño de
miembro y el cráneo de un bebé. Tu pene no avanza más allá del cérvix o cuello
que la comunica con el útero (donde se da la gestación). Su vestíbulo está
cubierto por el himen. Éste puede ser elástico y retirarse hasta el parto
natural, o rígido y rasgarse en la primera relación y sangrar (así que deja de
creer en la prueba de la ‘sangre’ como sello de garantía). Tiene orificios por
donde pasa el flujo vaginal, producido por las glándulas cervicales y la
menstruación. Las glándulas de Bartolini secretan los líquidos lubricantes
cuando nos excitamos. Se sitúan a cada lado de los labios menores.
Técnica
Si ella comienza a poner ojo lloroso, lo que indica que le está doliendo, es
probable que su suelo pélvico esté muy tenso. Relájala con caricias y estímulos
externos y pídele que presione sus músculos pubococcígeos -que simule como si
apretara para aguantar la orina- unas 10 cuentas. Mete poco a poco un par de
dedos (lubricados) con la palma hacia abajo y pídele que los oprima con su
vagina al tiempo que presionas hacia el perineo. Estará lista para el round. Si
quieres un poco más de humedad, acaricia los labios menores en su unión con el
orificio vaginal, estimularás las glándulas de Bartolini.
*Fuente: Elsy Reyes
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