Hoy en
México se conmemora por primera vez el Día Nacional de la Lucha contra la
Homofobia; sin embargo, ésta se encuentra arraigada entre las mismas personas
homosexuales. La discriminación laboral e institucional solo es la punta del
iceberg del impacto que genera. En México, donde 40 por ciento de la población
no aceptaría vivir en la misma casa que un homosexual, según el Consejo
Nacional para Prevenir la Discriminación, se gesta un fenómeno poco conocido y
explorado, la denominada homofobia interiorizada, que es la que existe entre
los homosexuales.
"La homofobia interna consiste en una serie de ideas
adquiridas culturalmente sobre la orientación sexual como algo negativo. Se
llama internalizada porque vamos introyectando todos esos aprendizajes y puede
afectar la manera de relacionarnos con los demás. Es un concepto que surgió
para explicar que las personas homosexuales también son homofóbicas",
explicó la psicóloga y directora de Cuenta Conmigo: Diversidad sexual
incluyente, Lina Pérez Cerqueda.
Según Pérez Cerqueda, la homofobia interiorizada se activa
cuando las personas homosexuales descubren su orientación, ya que ser criados
en una cultura heteronormativa los hace sentirse
raros, diferentes y van
cultivando un odio contra sí mismos en el subconsciente.
Sin embargo, aunque muchas veces la homofobia podría generar un
perpetuo encierro en el clóset, el salir de él y aceptarse gay o lesbiana no
quita la homofobia interna.
"El que salgas del clóset no quiere decir que no seas
homofóbico interno, porque forma parte de nuestra estructura cultural e incluso
nos da parte de nuestra identidad que tiende a etiquetar", añadió la
especialista.
El activista y académico de la Universidad Autónoma de la Ciudad
de México (UACM), Antonio Medina, ahonda más en este tema y afirma que el
colectivo homosexual está lleno de homofobia interna.
"Se presenta sobre todo en tipos de aspecto varonil que
dicen 'no saludo a la jota torcida porque van a creer que soy igual'. Y eso se
da hasta en gente intelectual y abiertamente gay. Esto es porque existe una
homosexualidad construida a partir de masculinidad social, lo que conlleva a
tener una carga de machismo. Entonces, la idea de que entre más activo o look
de hetero tengas, tendrás más prestigio que si eres el pasivo o afeminado,
surge de esa idea judeocristiana de que lo femenino o lo que es penetrado es
degradable. Es misoginia pura."
Medina, quien tiene el papel de embajador ante los medios de
comunicación del colectivo Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero,
Travesti e Intersexual (LGBTTTI), agregó que muchas veces ese odio interno no
solo puede quedar ahí, sino que se puede exteriorizar en los llamados crímenes
de odio.
De hecho, México, es el segundo país en el que se ha registrado
el mayor número de asesinatos de este tipo, después de Brasil, con más de 700
casos desde 2009, según Letra S.
Sin embargo, la homofobia interna no solo genera una
sectorización de la población de la diversidad sexual o una explosión de
rechazo que puede llegar al asesinato, o sea, volverse homofobia social, sino
que puede enquistarse en el individuo y provocar otros problemas.
"A veces la homofobia interna puede actuar como una
venganza contra sí mismo y que atenta contra la seguridad y salud de la
persona", señaló Medina.
La homofobia interna es un derivado del rechazo familiar, así lo
aseguró Carlos Ramos, Asistente de la Coordinación del Centro Comunitario de
Atención a la Diversidad Sexual en el D.F. "Si una persona sale del clóset
y su contexto familiar es adverso, esta persona se va replegar y vivirá la
angustia, el temor, la culpa y no podrá ser una persona auténtica".
Miriam Ángel, presidenta de la asociación Padres y Madres por la
Diversidad Sexual, consideró que hay todavía mucha ignorancia respecto al tema
de la homosexualidad en México y eso lleva a los padres al rechazo.
*Fuente:
Milenio.com
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