Lo primero
que debes tener en cuenta es que un trío puede convertirse en un arma poderosa
para desencadenar varios demonios de tu relación. Pensar que puede ser una
solución a una desgastada vida de pareja es una tontería. Precisamente los
ingredientes esenciales deben ser confianza, estabilidad, madurez emocional y
una entera complicidad para integrar a una tercera persona. Sobre todo, porque
su intimidad, esa pared imaginaria pero poderosa, se va a romper (al menos
durante la experiencia).
1. ¿Cómo
pedírselo a ella/él?
Supongo que
la conoces lo suficiente como para deducir si puedes compartirle tu fantasía
sin crear una hecatombe. Si es así, genera una atmósfera de confianza y
naturalidad. Si
introduces el tema con temor conseguirás precisamente que tu
pareja lo tome en esa misma línea. Aclara como punto inicial que no quieres ni
sustituirla ni complementarla (te es suficiente). Su reacción lo dirá todo.
Muchas personas secretamente pueden tener la curiosidad de vivir esta
experiencia pero no han tenido la oportunidad de confesarlo. En este punto
deben comentar enteramente si tu pareja también cree que es capaz de llevarlo a
la realidad sin futuros sentimientos de culpa, celos u otras consecuencias.
2. Hagan la
prueba
Un buen
ejercicio consiste en comenzar a ejecutar la fantasía desde la fantasía
compartida. Es un asunto de narrativa erótica mutua durante el sexo. Cuando
hagan el amor, imaginen que está ahí esa tercera persona y relátense lo que
sucedería al tiempo que se estimulan uno al otro. Esto les dará una perspectiva
que después les ayudará a tomar decisiones y al mismo tiempo un ‘demo’
totalmente inofensivo. Si en este simple juego ya hay celos ni le sigan.
3.Dinámicas
Es
importante que tengas que la orientación sexual, no es lo mismo que una conducta sexual. Es decir, si tu pareja se siente atraída(o)
por el contacto erótico con un congénere no necesariamente quiere decir que sea
bisexual. Mucho menos que ‘se vaya a hacer gay’. Nadie se hace gay, una
orientación sexual no se elige; e integra elementos no sólo eróticos sino
también afectivos. Sin embargo, en términos de conducta sexual, sí puede haber
deseo de experimentar con alguien del mismo sexo sin que esto comprometa la
heterosexualidad. Si esto te genera inseguridad, o sale por completo de tu
ideología, entonces mejor ni probarlo.
La siguiente
clave es prenegociar la dinámica. No se salten este punto. Hay que establecer
reglas. Obvio, ambos deben percibir equidad y estar plenamente de acuerdo. ¿Qué
esperan ambos del encuentro?
a) Que la invitada o invitado se dedique a estimularte junto con tu pareja pero no haya contacto entre ell@s.
b) Por ejemplo, no puede haber sexo oral.
c) Que solo uno de los dos interactúe con la invitada o invitado mientras el otro observa.
a) Que la invitada o invitado se dedique a estimularte junto con tu pareja pero no haya contacto entre ell@s.
b) Por ejemplo, no puede haber sexo oral.
c) Que solo uno de los dos interactúe con la invitada o invitado mientras el otro observa.
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