10 de septiembre de 2014

3 pasos a seguir antes de realizar un trío




Lo primero que debes tener en cuenta es que un trío puede convertirse en un arma poderosa para desencadenar varios demonios de tu relación. Pensar que puede ser una solución a una desgastada vida de pareja es una tontería. Precisamente los ingredientes esenciales deben ser confianza, estabilidad, madurez emocional y una entera complicidad para integrar a una tercera persona. Sobre todo, porque su intimidad, esa pared imaginaria pero poderosa, se va a romper (al menos durante la experiencia).

1. ¿Cómo pedírselo a ella/él?
Supongo que la conoces lo suficiente como para deducir si puedes compartirle tu fantasía sin crear una hecatombe. Si es así, genera una atmósfera de confianza y naturalidad. Si
introduces el tema con temor conseguirás precisamente que tu pareja lo tome en esa misma línea. Aclara como punto inicial que no quieres ni sustituirla ni complementarla (te es suficiente). Su reacción lo dirá todo. Muchas personas secretamente pueden tener la curiosidad de vivir esta experiencia pero no han tenido la oportunidad de confesarlo. En este punto deben comentar enteramente si tu pareja también cree que es capaz de llevarlo a la realidad sin futuros sentimientos de culpa, celos u otras consecuencias.

2. Hagan la prueba
Un buen ejercicio consiste en comenzar a ejecutar la fantasía desde la fantasía compartida. Es un asunto de narrativa erótica mutua durante el sexo. Cuando hagan el amor, imaginen que está ahí esa tercera persona y relátense lo que sucedería al tiempo que se estimulan uno al otro. Esto les dará una perspectiva que después les ayudará a tomar decisiones y al mismo tiempo un ‘demo’ totalmente inofensivo. Si en este simple juego ya hay celos ni le sigan.

3.Dinámicas
Es importante que tengas que la orientación sexual, no es lo mismo que una conducta sexual. Es decir, si tu pareja se siente atraída(o) por el contacto erótico con un congénere no necesariamente quiere decir que sea bisexual. Mucho menos que ‘se vaya a hacer gay’. Nadie se hace gay, una orientación sexual  no se elige; e integra elementos no sólo eróticos sino también afectivos. Sin embargo, en términos de conducta sexual, sí puede haber deseo de experimentar con alguien del mismo sexo sin que esto comprometa la heterosexualidad. Si esto te genera inseguridad, o sale por completo de tu ideología, entonces mejor ni probarlo.

La siguiente clave es prenegociar la dinámica. No se salten este punto. Hay que establecer reglas. Obvio, ambos deben percibir equidad y estar plenamente de acuerdo. ¿Qué esperan ambos del encuentro?
a) Que la invitada o invitado se dedique a estimularte junto con tu pareja pero no haya contacto entre ell@s.
b) Por ejemplo, no puede haber sexo oral.
c) Que solo uno de los dos interactúe con la invitada o invitado mientras el otro observa.

*Fuente: Elsy Reyes

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