Desgraciadamente,
hay muchas situaciones en las que nuestras madres y abuelas no tienen ningún
consejo probado que puedan darnos.
Las
relaciones dan trabajo, pero cada generación enfrenta diferentes retos en el
terreno del amor. Estos son los que pueden resultar más desafiantes para ti y
tu pareja actualmente:
Celulares
Hoy día
podemos comunicarnos a cualquier hora y desde cualquier sitio del planeta. Los
celulares han facilitado las relaciones a un nivel inimaginable hace 20 años, y
los mensajes de texto permiten la solución tanto de problemas prácticos
("amor, pasa por leche") como emotivos (" a pesar de todo, te
amo"). Sin embargo, también han traído una nueva controversia acerca de
qué es infidelidad en estos tiempos. El sexo ya no es la única razónde
rupturas; un mensaje de texto atrevido enviado a una tercera persona enfrenta a
muchas parejas al dilema de la "infidelidad emocional". "Como no
hay contacto físico, algunos no lo ven como un problema. Pero a otros puede destruirles
la confianza en la relación", dice Melissa Cooper, consejera sentimental.
Facebook y redes sociales
¿Quién no ha
tenido la pelea de Facebook? Basta encontrar un comentario de una ex en
la
página de tu pareja... y se desata la tormenta. Las redes sociales pueden
ser motivo de conflicto en las relaciones, pero para los expertos sólo es un
nuevo modo de lidiar con los viejos problemas de los celos y la inseguridad.
Según Karen Brooks, experta en cultura pop, "lo que debes entender es que
si tu pareja es capaz de comunicarse con su ex, eres muy afortunado; no se lo
prohíbas: lo convertirías en la manzana prohibida". Al final, la clave
está en la confianza.
La ambición laboral
La
generación de nuestros abuelos tenía los roles de cada integrante de la pareja
muy bien definidos. El hombre salía a trabajar mientras que la mujer cocinaba y
limpiaba la casa. Las mujeres de hoy ya no se conforman con ocupar el papel
secundario cuando se trata de profesión. Trabajamos igual de duro que nuestros
chicos, y eso puede generar tensión en la casa cuando llega el momento de
decidir quién se ocupará de las tareas del hogar. La solución, según Cooper, es
trabajar en equipo y no pensar que estás reforzando un viejo estereotipo cada
vez que le cocinas una cena a tu amorcito. "Si hay algo que hacer y tú
llegaste primero a casa, entonces prepara la comida o echa la ropa a la
lavadora. Si los dos están luchando por un mismo objetivo, eso no te convierte
en víctima".
Compromisos a medias
No están
solteros. Pero tampoco están juntos. Están... ¿Cómo diríamos?...
"Saliendo". Este tipo de relación, en la que puedes tener lo mejor de
los dos mundos, se está convirtiendo en un fenómeno actual: "La nueva
generación habla de la idea de una mejor oferta; por tanto, les tiene
fobia a los compromisos serios. Ahora bien, eso también es algo que han
aprendido de sus padres, quienes les aconsejan que no se echen encima las
obligaciones de una relación demasiado pronto", anota Brooks. Aunque el
limbo de las relaciones modernas puede ser frustrante, también tiene sus
beneficios. "Vivimos en el mundo de la comida rápida', donde todo tiene
que ser apresurado, y a menudo no dedicamos el tiempo que deberíamos a
conocernos, lo que debe ocurrir en una relación", agrega Brooks. Aunque algunos
dicen que es miedo al compromiso, "salir con alguien" puede ser una
buena manera de continuar creciendo como individuo, al mismo tiempo que
entiendes lo que significa querer a otra persona. Míralo como una especie de
entrenamiento para la relación.
Seguir en casa
Aproximadamente
el 50% de la generación sigue viviendo con sus padres durante sus 20 años,
y sólo deja el hogar cuando se va a vivir con su pareja. Esto nos hace
preguntarnos: ¿será que esa transición abrupta del rol de niño a las
responsabilidades de adulto presiona mucho la relación? Absolutamente, dice
Brooks, quien piensa que los padres que no sacan de la casa a sus hijos a los
18 años no les están haciendo ningún favor. "Tener tu propia casa siendo
joven, te enseña a ser independiente, a ajustarte a un presupuesto y a convivir
con otros, porque los padres suelen tolerar el comportamiento que otras
personas no permiten", explica Brooks. "Es sólo cuando te vas del
hogar paterno que aprendes lo que es aceptable en un entorno comunitario".
Pararte en
tus propios pies antes de vivir con una pareja, te ayuda a no recostarte ni a
depender de los demás. "Bajo el techo de tus padres sigues siendo niño; la
dinámica no cambia. Si vas directo a una relación de pareja, corres el riesgo
de adoptar el rol de niño nuevamente", concluye la experta.
*Fuente: Cosmo en español
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