El funcionamiento de una relación de
pareja es tan complejo y depende de tantos factores que a veces se nos escapa
de las manos y no sabemos cómo manejar la situación. Ese hombre o mujer
perfecta de la que te enamoraste hace unos cuantos meses está empezando a relajar
su personalidad carismática para mostrar a un tipo más común de lo que habías
creído. Es más, al final resulta que está lleno de defectos cada vez más
irritantes.
Aún no hemos
descubierto cuál es la teoría correcta a la hora de elegir pareja, si buscamos
a alguien que se parezca a nosotros, si la buscamos muy diferente, si
preferimos que se
parezca a nuestro padre o madre, incluso si nos dejamos
llevar por el olor. El caso es que nos enamoramos y si queremos seguir adelante
con el amor, en algún momento se producirá ese fatal desencuentro que es la
convivencia.
Es en la
convivencia donde empiezan a aparecer todas esas manchas que emborronan tu pareja
ideal y resulta que no sabes muy bien qué hacer con ellas. Pues bien, mientras
los defectos de tu pareja no incluyan faltas de respeto, agresividad o afán de
dominación, la clave para aceptarlos está únicamente en ti.
Porque a
estas alturas no pensarás que se puede cambiar a una persona. Es más, tampoco
te interesa cambiarla. Así que para convivir con todas esas manías y defectos que
no soportas, vas a necesitar un grado elevado de tolerancia, de comprensión y sobretodo
de amor.
Para que este
reconocimiento de los defectos ajenos no termine en ruptura, es fundamental
aceptar nuestro grado de responsabilidad en el asunto. Durante el proceso de
conquista, todos esos defectos de tu pareja quedaron escondidos bajo la magia
del amor, exactamente lo mismo que pasó contigo.
Pero si
haces un ejercicio de honestidad, todos esos defectos que ahora no soportas se
podían intuir y aún así decidiste mantener la ficción de la pareja ideal.
¿Ahora no sabes cómo manejar esos defectos? Simplemente acéptalos, como él o
ella acepta los tuyos.
No estaría
de más poner en común esos aspectos que les irritan al uno del otro y aclarar
con sinceridad si son rasgos de vuestra personalidad que están dispuestos a
cambiar o no. Esto facilitaría mucho las cosas de cara a esforzaros por
construir un futuro juntos o no, pero como la comunicación en la pareja no
siempre es lo fluida que se requiere, no queda más que armarse de paciencia y
tratar de mejorar tus propios defectos.
*Fuente: Diario Femenino
No hay comentarios:
Publicar un comentario