Cuando
pasas por largos períodos de soltería, empiezas a recordar a todas las personas
que alguna vez han tenido importancia en tu vida. Los recuerdos de sus momentos
empiezan a dar vueltas como una película, y todo eso te lleva al clásico “que
hubiera pasado si…”
De un
momento a otro, todas esas personas que nunca llegaron a ser relaciones
verdaderamente importantes, se transforman en un posible “Príncipe Azul” o “Princesa
Rosa”, pero lo más probable es que no lo sean. Si no tuviste una relación seria
es por unarazón, y tratar de revivir esa llama sólo por soledad o aburrimiento
no es bueno para nadie.
Es hora
de despedirse de personas que están bloqueando tanto tu cabeza como tu
corazón,
y empezar a enfocarte en la relación que realmente mereces.
El primer amor
Lo más
probable es que pensar en tu primer amor te haga sonreír. Fue la primera
persona que decía ser tuya, la primera que te fue a ver cuando estabas enferma,
y muy probablemente, la primera a la que le dijiste “Te amo”.
También
fue la primera por la que sufriste con todo tu corazón cuando terminaron, y que
te dejó escuchando las canciones más desgarradoras durante una semana. Cuando
vuelves a pensar en tu primer relación a los 20 años, no puedes dejar de pensar
en los mágicos momentos cuando no importaba nada más que el amor. Pero cuidado:
Lo que en el pasado no funcionó por una razón, probablemente fracasará en
futuro por razones similares.
Nadie
sigue siendo la misma persona después de 10 años, y es difícil pensar que ambos
han crecido, madurado y se han transformado en la versión perfecta para estar
en compañía del otro. Lo mejor que puedes hacer es atesorar tus recuerdos y
seguir adelante.
Quien se te escapó
En mi
caso, el que se me escapó fue mi novio de la universidad. Los dormitorios
universitarios probablemente representan el único escenario en el que puedes
vivir con tu novio desde que empiezan a salir. Pasábamos las tardes riéndonos
de nuestros chistes internos, durmiendo siestas durante el día, yendo a clases
de la mano y pasando noches enteras conversando cuando en realidad debíamos
haber estado estudiando.
Estuvo
conmigo en mis peores borracheras de estudiante de primer año, y claramente,
durante las peores resacas. Vivimos la experiencia de estar solos y lejos de
casa por primera vez, y aprendimos a conocer esa nueva libertad. Es
debido a ese crecimiento invaluable en el que ambos jugamos un rol crucial en
la vida del otro, que él siempre tendrá una gran parte de mi corazón.
Durante
mucho tiempo hice todo lo posible para recuperarlo, pero no estaba destinado a
ocurrir ya que teníamos razones para terminar. La nostalgia tiene una asombrosa
capacidad, una dulce crueldad, que te hace idealizar un pasado que nunca fue
así. Es fácil crear un montaje dejando afuera todas las peleas y las lágrimas,
donde sólo se vean los momentos perfectos, pero hay que saber dejar el pasado
atrás.
Nunca vas
a sentir la comodidad de una relación duradera en el inicio de una nueva relación,
pero no tiene sentido medir el potencial de una nueva pareja en función de eso.
Hay que saber atesorar los recuerdos del pasado, pero a la vez saber dar a
lugar a nuevas experiencias.
Lo que nunca fue algo serio…pero tampoco algo aburrido
Admitámoslo:
TODOS hemos tenido un@ “pinche” con quien estábamos una y otra vez. No importa
lo mucho que decíamos que no nos interesaba tener algo serio con esa persona,
siempre guardamos la secreta esperanza de que algún día quisiera formalizar la
relación.
Hemos
hablado al respecto y pretendimos que lo único que nos interesaba era pasarlo
bien, aunque en realidad, cada vez que veíamos una foto suya con alguien más,
se nos revolvía el estómago. A pesar de lo que opinaban nuestros amigos,
siempre encontrábamos la forma de estar juntos una vez más.
Hay miles
de razones por las que un “pinche” no se transformó en algo serio. Puede que esté
buscando algo “mejor que tú” y no mereces ser la segunda opción de nadie. Nadie quiere ser el “peor es nada” de
alguien. Hay que desearle la mejor de las suertes en su vida y no mirar atrás.
Mereces algo mejor que eso y lo sabes.
El amor prohibido
Gracias a
Shakespeare, el amor prohibido es lo más sensual y atractivo que puedes tener
en una relación, probablemente porque puede que nunca ocurra. Puede que tenga novi@
(o peor, espos@), que sea amig@ de un ex, o la persona de la que está enamorada
tu mejor amig@. El punto es que es intocable.
Soñar con
una nueva relación es bastante menos intimidante que empezar una de verdad, y
es infinitamente más fácil justificar tu soltería con tu mala suerte por tener
un amor imposible que enfrentando la realidad de que quizás aún no conoces a la
persona correcta. Puede que la persona indicada esté frente a ti, pero no
puedes verla por estar pensando en “qué pasaría si”. No quieres ser la
responsable de la separación de una pareja feliz o de una familia.
El
idealizar una situación negativa sólo te dará decepciones. Deja a la fruta prohibida
de lago y enfócate en construir tu propia historia de amor.
Empezar a
conocer a alguien nuevo es raro y a veces asusta, la clave está en ser paciente
y saber darle una oportunidad a la otra persona.
Hay que
aprender de lo que hemos vivido y de quienes hemos conocido para dar lugar a la
relación que realmente quieres y mereces.
*Fuente: Upsocl
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