5 de junio de 2013

El mapa femenino del placer ;)


Cuando hablamos sobre el cuerpo femenino y su relación al placer, casi siempre pensamos automáticamente en senos y genitalia.  Sin embargo, -y por fortuna- casi cualquier parte del cuerpo puede brindarnos placer. Sólo tenemos que conocer bien cada territorio y personalizar nuestra propia hoja de ruta en el mapa del placer femenino.

El cabello y la cabeza: las caricias concentradas en el cabello y el cuero cabelludo pueden ayudar mucho a la relajación y a liberar tensiones, particularmente al comienzo de la relación sexual.  La relajación es esencial para que se pueda generar buena tensión sexual en el cuerpo y para que el ciclo de respuesta sexual funcione adecuadamente.

Orejas: el lóbulo de la oreja, la zona detrás de las orejas, y el pabellón auricular son muy sensibles a los besos, soplidos, suaves mordiditas…
  Una parada obligada en este viaje hacia el placer.


Ojos: ¿alguna vez le dieron un besito de ojos? Son sumamente erotizantes y consisten en que su pareja con sus párpados y pestaña roce las de ustedes. En el camino hacia el placer, ésta debe ser una de las paradas más amorosas.

Boca y lengua: los besos y roces con labios y lengua son más que una parada obligada! Son una parada a la que debemos volver una y otra vez durante nuestro recorrido. Maravillosos como preámbulos, excitantes y apasionantes durante la penetración, transmiten calidez, contención y amor.

Cuellos y hombros: el cuello, particularmente la nuca, resulta en deliciosos escalofríos al ser estimulados, ya sea de manera manual u oral. Las caricias a esta parte del cuerpo resultan, además, sumamente eróticas por el abandono que representa el dejar caer la cabeza para permitir las caricias.

Zona axilar: la zona axilar y la cara interna del antebrazo son áreas en las que la estimulación manual  suave puede resultar muy placentera.  La zona axilar, en particular, requiere un cuidado muy especial – ¡cuidado con las cosquillas!  Si nos excedemos, puede desvanecerse el deseo.

Dedos y manos: la receptividad nerviosa de los dedos permite sentir las texturas, formas y rugosidades de las cosas.  Esta sensibilidad los convierte en uno de los mejores medios para estimular y  explorar el cuerpo de la pareja.  Muchas personas, además, disfrutan de la estimulación oral de los dedos, así como de la imagen visual erótica que se crea mientras la pareja coloca deditos propios o ajenos en su boca.

Espalda: junto con el cuello suele ser una de las zonas erógenas favoritas de las mujeres, pero que pocos hombres se toman el trabajo de estimular. Detenerse en esta parada.

Muslos internos: para algunas mujeres, las caricias en la cara interna de los muslos, también son la antesala de clímax! Sorprende a tu pareja, haciendo una parada en esta zona. Recuerda que siempre debes ser muy suave, toques superficiales, no mucho más que roces, sopliditos y besos tenues.

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