La coquetería, esa serie de insinuaciones que
tanto disfrutamos y que son el primer paso para avanzar en una relación, forma
parte de nuestra naturaleza
animal. Así como los machos de las gaviotas llevan comida a la
hembra para aumentar el número de contactos sexuales y los pavos reales
despliegan su plumaje para apantallar a la dama, nosotros enviamos flores o
lucimos nuestras mejores galas para conquistar a la persona que nos
interesa.
Esta relación de la coquetería con el cortejo
sexual animal no limita los fines
del galanteo. David Henningsen, catedrático de la Universidad del Norte
de Illinois propone que coqueteamos
por 6 razones diferentes. Estas son:
Cercanía; cuando queremos aumentar el nivel de
intimidad en una relación o dar el paso de una amistad a un romance.
Conocimiento; ¿le intereso? en ocasiones
coqueteamos solo para ver la reacción del otro y así saber si le
atraemos.
Diversión; se siente bien y puede llegar a ser un
juego muy entretenido.
Motivo concreto; cuando queremos alcanzar algo
específico, por ejemplo la chica que coquetea al barman para conseguir un trago
gratis.
Autoestima; cuando entramos al juego de la
seducción y alguien nos corteja, nos sentimos bien con nosotros mismos.
Sexo; cuando alguien nos atrae y despierta un
interés sexual, el coqueteo es nuestra herramienta aliada.
En uno de sus estudios, Henningsen encontró que los hombres se inclinan hacia el sexo como
razón principal del coqueteo mientras que ellas lo hacen por razones de diversión y cercanía. Lo cierto es
que la coquetería es un arte que bien vale la pena cultivar eso sí, intentado
que nuestros mensajes no se presten a malos entendidos.
*Fuente: Silviaolmedo.tv
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