El bondage es una
práctica erótica que consiste en atar o encordonar a la pareja con fines de
crear una atmósfera de sumisión y dominación ficticias con fines lúdicos
durante los juegos previos y el acto sexual. La sensación de estar inmóvil a
merced de los deseos de la pareja o de ser quien lo ata, suele excitar a muchas
personas. Igualmente, a muchos los deshinibe y la sensación de sentirse
presionado por las cuerdas, les agrada. La mayoría encuentra que la mayor
atracción del juego consiste en dejar a manos del otro la responsabilidad de
hacerlo disfrutar o bien, de ser quien lleve la batuta del disfrute absoluto
del otro.
No
obstante, es algo que se recomienda exclusivamente con la pareja, con quien ya
se tiene la suficiente confianza. Confianza es la clave para disfrutarlo y
vivirlo plenamente. Muchas parejas que lo han experimentado por primera vez,
una vez que se sienten
atadas o con los ojos vendados comienzan a experimentar
miedo o angustia, claustrofobia dentro del mismo cuerpo y entonces es momento
de detenerse. Deben comunicar al otro que no les está gustando y dejarlo ahí o
dar tiempo a que esa sensación de estar ‘secuestrado’ pase, entretenerse en
otros juegos eróticos y reintentarlo después. Por eso es recomendable que las
primeras veces se aten pero no se amordacen ni se venden los ojos para que no
sea tan fuerte la sensación. Es un juego que requiere mucho respeto mutuo.
Este
tipo de juegos son sanos en pareja. No implican una parafilia, o bien expresión
comportamental que implique riesgo en la integridad física o emocional de
quienes se integran son juegos y punto. Claro, siempre y cuando esté
prenegociado y se establezcan límites donde se tenga claro. Recuerden que una
expresión comportamental llevada hacia factores obsesivos,
compulsivos e impulsivos pero sobre todo, con factores de dependencia.
Es
más que obvio que NO es una práctica recomendable con recién conocidos o
acostones ‘one night stands’ ni con tipos o tipas que no les den buena espina.
Se puede prestar a abusos y crimenes. No
porque se quieran ver bien ‘abiertotes y rudos’, terminen en la plancha del
forense o en el hospital.
Las
ataduras se pueden hacer con cositas que encuentren en la casa como corbatas,
lazos (suaves, no vayan a terminar todos magullados de las muñecas y tobillos
con el mecate de la azotea), medias, pashminas, bufandas, etc. O si ya se
quieren ver bien profesionales, se pueden lanzar a una sex shop y comprar un
kit de bondage. Casi todos inlcuyen ligas, esposas, antifaces, etc.
*Fuente: Elsyreyes.com
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