“Se me hace
difícil tener intimidad con mi pareja por el simple miedo de que me mire
desnud@. No es que no me cuide del todo, o sea, hago ejercicios con bastante
regularidad y todo, pero hay partes específicas de mi cuerpo que no me gustan y
me causa mucha ansiedad pensar en que mi pareja va a mirarlas, fijarse en
ellas, y no sentirse atraíd@ por mí. Mi pareja se queja de que no me dejo mirar
y que sólo me ‘suelto’ si estamos intimando con las luces apagadas”.
El dilema es
tan común que muy seguramente es difícil encontrar a alguien que NUNCA haya
sentido inseguridad mostrándose desnuda/o frente a su pareja. Mucho tiene que
ver la imagen corporal en las relaciones sexuales, pues tanto nuestra
apariencia como la de nuestra pareja, son las que por lo general despiertan
inicialmente el deseo sexual.
En
diferentes estudios realizados se ha comprobado que los hombres responden más a
la
estimulación visual que las mujeres. Sin embargo, pese a lo usual de tu situación, ellos no critican tanto
nuestra figura como la critican las mujeres.
Pero la
verdad es que vivimos en una sociedad obsesionada por el “look”. En los medios
de comunicación continuamente nos presentan cuerpos perfectos. Este
condicionamiento mediático genera cierta psicosis y, en algunos casos, destruye
la estima de aquellas personas que no son idénticas a la pauta publicitaria.
Para que tengas una idea, el 90% o más de la población no reúne las
“condiciones” publicitarias de perfección.
La
aceptación y comodidad con tu propio cuerpo es sumamente importante para el
disfrute de tu sexualidad. Recuerda que tu cuerpo es tu vehículo, la
herramienta con la que vas a poder compartir todo el placer y la intimidad que
se asocia con hacer el amor. Mientras estés tratando de mantenerte acostad@ y
estirad@ para verte fabulos@ en todo momento y que no se te
asome ni un rollito, no estarás libre para moverte sensualmente y disfrutar de
las caricias de tu pareja. Más importante aún, tu mente no estará enfocando
donde debería… en el placer que se va provocando, en el erotismo que se está
generando, en la intimidad que se vive, en el amor que se comparte… Si tu
atención está dispersa, la respuesta sexual de tu cuerpo no será la misma.
La buena
autoestima corporal es uno de los ingredientes clave para ser sexy. A cualquiera le fascina ver a una pareja que se presenta cómoda consigo misma y que
no tiene complejos, independientemente del tamaño o la forma de su figura. Así
que enséñale lo que tienes y ¡hazlo con orgullo!
*Fuente:
Alessandra Rampolla
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